En el actual contexto que vive México resulta de vital importancia centrar la actividad profesional en principios sólidos y tangibles. Para brindar seguridad al que solicita nuestros servicios, se debe actuar con certeza, honradez y absoluta veracidad. Los cambios estructurales que hoy apreciamos en todo ámbito Legislativo, exigen que el abogado, consultor y litigante ubique sus opiniones y actuar en un principio de verdad pleno y estricta ética profesional.
Así lo que se pretende es servir de manera impecable y con apego al marco jurídico vigente.